TEATRO- “ DON
JUAN Y FAUSTO”
De Christian
Dietrich Grabbe. Elenco: Nicolás Balcone, Ariel Leyra, Zuleika Esnal, Emiliano
Carrazzone, Fernando Iglesias, Alejandro Mazza, Eva Matarazzo, Esteban Maggio,
Laura Serial. Puesta en escena y dirección: Daniel Suárez Marzal y Gonzalo E.
Villanueva.
Palacio
Barolo- Avenida de Mayo 1370, Domingos 20 horas.
“Don
Juan y Fausto”, del
alemán Christian Dietrich Grabbe (1801-1836), narra el encuentro de estos dos
personajes míticos, referentes de la cultura latina y germánica, y su
enfrentamiento por la misma mujer, Doña Ana, síntesis de la femineidad y el
deseo.
La acción transcurre en Roma, adonde Don Juan viajó
acompañado por su fiel sirviente Leporello, en busca de aventuras y con
el objetivo de conquistar a doña Ana, quien pronto se casará con Octavio.
Al mismo tiempo, Fausto invoca al Demonio en la figura del Caballero para consultarle por el fin último de las
cosas, quien se lo resume en el Amor, encarnado en esa misma mujer. Es así como
Fausto pergeña una estrategia para correr de su camino a Don Juan, raptar a
Doña Ana y llevarla a su castillo en la cumbre del Montblanc. Hasta allí irá
Don Juan para enfrentarse con Fausto.
Ante la
negativa de Doña Ana a acceder al amor de Fausto, éste la asesina. En el último
enfrentamiento entre los dos personajes principales, el triunfador será el
Caballero, quien poseerá finalmente sus almas y se declarará victorioso por
sobre el egoísmo y la arrogancia humanas.
La obra fue montada por primera vez en Hispanoamérica en 2013 por esta
misma compañía y constituye un hito destacable de la dramaturgia, ya que
convoca a dos personajes universales de la literatura y el teatro. Este hecho
de intertextualidad, habitual en tiempos posmodernos, presenta momentos de gran
originalidad.
Sólido elenco
y una precisa puesta que aprovecha todas las posibilidades del sótano del
Barolo. Nada mejor que las entrañas de este edificio inspirado en la Divina Comedia del
Dante, con inscripciones en sus columnas y cúpulas que nos recuerdan el
infierno, el purgatorio y el paraíso.
Quien obra mal
en su vida, termina mal, como aquellos que desafían y pactan por su alma con la
banalidad y la ambición, ya sea de dinero, poder, mujeres o eterna juventud. En
el final entra en escena la inexorable muerte como tema recurrente, tan antiguo
y siempre actual.
Tarde o
temprano llega el castigo, que no es humano, sino celestial. O para decirlo según
la sabiduría popular: Quién mal anda, mal acaba.
ALBERTO DI NARDO
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